David contra Goliath


Y un Caravaggio, dolorido y con la conciencia golpeándole en los recuerdos, se autorretrato en esta obra, doblemente. Uno como David, de joven, bello, como él era, y valiente, y también se plasma al Caravaggio que debía ser en el momento que pintó ese cuadro, en el Goliath, con la cara llena de las acuchilladas y golpes que casi le hace perder la vida tras una paliza. Una paliza recibida como venganza por el asesinato que había acometido. Un genio como artista, pero un monstruo como persona, eso debió ser Caravaggio...

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